Macri jamás podrá encontrarse con Cristina.

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No hay antecedentes en la historia argentina de un caso como el sucedido en el último traspaso presidencial, donde entre un presidente y otro haya habido un lapso de doce horas que interrumpa el mandato del poder ejecutivo saliente.
Es llamativa la complicidad de la Jueza Servini, quien da lugar a la solicitud de Macri y Michetti para cesar el cargo de CFK a la medianoche del día previo a la asunción, de modo tal que no sea CFK quien entregue los atributos al nuevo presidente. Cabe aclarar que CFK no termina su mandato en una situación de crisis institucional, por la cual ha necesitado retirarse de la escena pública, al contrario, ha terminado su mandato con una Plaza de Mayo colmada de ovaciones.
Este hecho ha buscado principalmente evitar en encuentro entre Macri y CFK, pero ¿cuál ha sido la razón? Las versiones que han circulado por medios y redes sociales son referidas al orgullo o la deshonra, pero no es suficiente para justificar la intervención de la jueza Servini, quien ha interpretado de un modo inédito la Constitución Nacional.
Para entender mejor el motivo del no encuentro, o mejor dicho la imposibilidad del encuentro, hay que retrotraerse a un hecho ocurrido el 20/7/15 tras el ballotaje porteño, cuando Macri declaró por vez primera estar a favor de la Asignación Universal por Hijo, la estatización de Aerolíneas Argentinas, las jubilaciones en manos del Anses y la recuperación de YPF. A partir de ese día empezó a exhibir un extrañamiento en sus ideas.
Para contextualizar los hechos, primero se debe considerar que el panorama mundial es negativo, con crisis económicas y demográficas en los cinco continentes. En Argentina alguien debía llevar a cabo la repercusión del ajuste global, pero Cristina no estaba dispuesta a tomar medidas impopulares, ya que su figura quedaría desgastada para un tercer mandato, por lo cual se propuso construir otra figura. O hacer uso de una preexistente, y para su ready made recurrió al candidato de la oposición Mauricio Macri. La ex-presidenta habría recurrido a los mismos profesionales que pusieron en duda la muerte de Yabrán, con técnicas actualizadas a la del médico español Pedro Ara Sarria, quien supo modelar tres copias del cuerpo de Eva Duarte. La tecnología empleada permitiría generar cambios reversibles, pudiendo CFK aparentar por momentos una fisonomía idéntica a la del ingeniero MM. Quienes ponen en duda la complicidad de la Jueza Servini para evitar el encuentro entre los presidentes, aluden a que el caso no podría superar la prueba de la intimidad con Juliana Awada, esposa del ingeniero. Esto resultó contundente, pero fue puesto en duda tras la performance de la primera dama durante el acto de asunción. Mientras MM desbordó de frenesí juntó a Michetti, la figura de Awada se mantuvo pasiva y laxa, con una sonrisa dibujada en el rostro durante las festivas horas de la ceremonia. Especialmente puede observarse en el momento en que Macri, eufórico, grita “¡gracias!” reiteradas veces, levantando la mano derecha fláccida de Awada, como un peso muerto. Ese balcón está cargado de memorias, y de suma importancia es la de Eva Duarte, quien habiendo padecido cáncer fue sometida en sus últimos días a un tratamiento para calmar los dolores y trastornos emocionales: la lobotomía. Esta intervención, como describe el neurocirujano Sacks, proporciona paz y tranquilidad a quienes se le realiza, y dibuja una sonrisa boba en el rostro insípido del lobotomizado. Cabe aclarar que esta práctica hace algunos años se puso de moda y fue practicada indiscriminadamente por la comunidad médica de EEUU, país modelo de Cambiemos.
No caben dudas que existen demasiadas coincidencias y hechos que permiten afirmar que CFK y MM son la misma persona, razón por la cual, obviamente, jamás podrán ser vistos al mismo tiempo.

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